En este primer año trabajando en educación, en el que he coincidido con gente muy competente que me ha enseñado y apoyado en este comienzo, también he podido comprobar que aún existe mucho desconocimiento acerca del autismo y de cómo incluir a este alumnado en el aula ordinaria.
Tener un alumno con TEA en el aula, puede llegar a ser para los docentes un reto, tanto a nivel profesional como personal, por lo que con este artículo nos gustaría tranquilizar y ayudar a esos profesores, así como al resto de la comunidad educativa, haciéndoles ver que no es tan difícil poner en marcha estrategias inclusivas, que de igual forma podrán servir para el resto del alumnado con o sin necesidades educativas.
Así que, ahora que se acerca el nuevo curso escolar… ¿Qué podemos hacer en el aula?
- Utilización de apoyos visuales: tal y como estuvimos comentando en el post anterior, el uso de fotografías, dibujos, pictogramas, escritura o incluso objetos reales (dependiendo del nivel de abstracción y simbolización del alumno) se hace realmente necesario debido a las dificultades que suelen tener en la comprensión del lenguaje oral, necesitando así información estable y que claramente perceptible. Estos apoyos visuales son además imprescindibles si queremos fomentar su autonomía. Se podrán utilizar apoyos visuales para:
- Organización espacial: el espacio debe estar estructurado, ordenado y ser predecible, por lo que sería adecuado utilizar dichos apoyos visuales señalizando las zonas de trabajo.
- Organización temporal: es necesario establecer rutinas muy estructuradas que sirvan de guía y anticipación.
- Estructuración y secuenciación de las actividades y tareas: debido a las dificultades en funciones ejecutivas. Esta estructuración también dependerá del nivel de comprensión del alumno, pudiendo realizarse a través del Sistema TEACCH, estructurándose las tarea por bandejas, o dibujándole y escribiéndole los diferentes pasos de la actividad, de manera que conozca el proceso que debe seguir y el fin de la tarea.
- Fomentar el aprendizaje sin error, debido a las dificultades a la hora de la generalización de los aprendizajes. Así, se hace necesario asegurarse de que los alumnos realizan las tareas sin darle la oportunidad de equivocarse (estrategias de ensayo-error), ofreciéndoles todas las ayudas necesarias para que la realización sea correcta desde el principio. En muchos casos se hace necesario el uso del moldeamiento de determinadas conductas, es decir, de la instigación física directa sobre el alumno, cogiendo su propia mano para que realice una determinada actividad de forma correcta. Otra técnica metodológica fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje es el encadenamiento hacia atrás, el cual consiste en descomponer la secuencia de aprendizaje en objetivos de conducta muy delimitados, proporcionándole ayuda total en la realización de toda la conducta, e ir desvaneciéndolas desde el último paso al primero, de modo que el alumno realizará la conducta con cada vez menos ayuda.
- Asegurar aprendizajes significativos y generalizables a otros entornos y contextos lo más naturales posibles. Así, será adecuado el entrenamiento o la enseñanza incidental, aprovechando los imprevistos de lo cotidiano como objeto de aprendizaje, por lo que se requiere que el profesor en este caso, esté atento a las iniciativas del alumno, adaptándose a las nuevas circunstancias, reforzando de forma natural las respuestas adecuadas.
- Utilizar una metodología grupal interactiva y cooperativa, fomentando los agrupamientos flexibles, que propicie situaciones de interacción y de petición con los profesores y con los compañeros. Así, se cuidará los agrupamientos, situando al alumno con TEA con compañeros que puedan ayudar al alumno y que favorezcan actitudes de colaboración, respeto, participación y tolerancia. Además, es muy importante aprovechar los intereses del alumnado para poder motivarlo y que participe de forma activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Las TIC puede convertirse también en un recurso enriquecedor para ellos, ya que se adaptan a las características de cada alumno, ofrecen un entorno y una situación controlable, presentan una estimulación multisensorial y fundamentalmente visual, propicia la motivación, la atención y disminuye la frustración ante los errores, favorecen la autonomía en el trabajo y son un elemento de aprendizaje activo.
- Emplear a los iguales y a los adultos como agentes importantes de cambio, jugando un papel importante de coterapeutas.
- El profesorado además, deberá cuidar el lenguaje, que debe ser claro, preciso, pausado, utilizando pocas palabras y dando órdenes concretas y claras de lo que debe hacer en cada momento, y en caso necesario utilizar el apoyo visual.
- En el aula, es conveniente que presenten escasos elementos distractores, debido a las dificultades en relación a la hiperselectividad de estímulos, fomentando su concentración y atención, y como ya se ha comentado organizada por rincones y con apoyos visuales.
- Utilizar el apoyo conductual positivo para poder modificar conductas disruptivas en el aula, reemplazándolas por conductas más adecuadas y alternativas, así como otras técnicas de corte cognitivo como las técnicas de autocontrol y autoinstrucciones, enseñando al alumno competencias básicas para controlar o regular su propio comportamiento. Debemos así tener en cuenta que las conductas disruptivas que pueda presentar este alumnado se debe principalmente a las dificultades que tiene para hacerse entender y para entender el mundo que le rodea, además de los problemas a nivel sensorial.
- No debemos olvidar el papel de la familia también en el contexto educativo, siendo el tutor en este caso el que deberá de fomentar una comunicación fluida y continuada con familia, implicándoles como agentes activos en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje y en las adaptaciones o medidas implementadas, promoviendo también la coherencia de objetivos y procedimientos educativos.
- Por último, se hace imprescindible el uso de Sistemas de comunicación para este alumnado, para fomentar la intención comunicativa dentro del aula, con los adultos y con el resto de sus compañeros, favoreciendo así las relaciones sociales y la inclusión dentro del grupo clase.
En el caso de que el alumno con TEA, debido a la severidad de sus rasgos y a los recursos y apoyos con los que cuente el centro educativo, tenga como modalidad de escolarización un aula específica, se hace igualmente imprescindible cuidar la integración del alumno dentro del grupo clase de referencia, siendo RESPONSABILIDAD total del tutor del aula ordinaria.
Acerca de cómo realizar una correcta integración y de otras estretagias específicas sobre cómo trabajar en un alua TEA se hablará en artículos posteriores… ¡muy atentos!